En el 50° aniversario de la UNSJ, la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales repasa la vida de sus figuras destacadas. En esta nota, el Dr. Raymundo Quilez Forradellas Martínez, un referente académico y profesional de la Informática a nivel local y regional.
Fue uno de los principales impulsores de la licenciatura, la maestría y el doctorado en Informática de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFN) de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). En esta Facultad también creó el Instituto de Informática y dirigió el Departamento que administra las carreras de la disciplina.
Un sanjuanino de pura cepa que se doctoró en Europa en Sistemas Telemáticos, Programa de Inteligencia Artificial, recorrió el mundo de la mano de la Informática y volcó sus saberes en la Universidad Pública. “Kike”, como le llaman todos, es reconocido hoy como un referente ineludible de la disciplina y pertenece con orgullo al historial del prestigioso plantel académico y profesional de la FCEFN.
¿Vale?, es la muletilla que usa con frecuencia para alimentar la interacción con sus interlocutores; una herencia de los años en territorio español. Ese recurso le permite conectar con inteligencia y simpatía anécdotas, ideas e historias, una tras otra. Sus relatos son tan interesantes como su vida misma. Un hombre afable y sencillo, cualidades propias de quienes saben administrar la sabiduría que dan los años y la formación.
Raymundo Quilez Forradellas Martínez nació el 18 de junio de 1947 en el corazón de la ciudad de San Juan. Hijo de María Teresa Martínez y Ramón Forradellas, dedicado al rubro contable. Es el menor de tres hermanos.
La infancia de Kike transcurrió en el Barrio Sarmiento, en las inmediaciones de la Parroquia Gruta de Fátima, en el departamento Rawson. Se recuerda como un niño feliz, inquieto, “juguetón, con muchas quebraduras y mordeduras de perro”. En la adolescencia se mudó con su familia al centro de San Juan, primero a un departamento en la calle Mendoza y Libertador, luego a una casa en la misma Mendoza entre General Paz y 9 de julio.
Hizo primaria y secundaria en el Colegio Don Bosco. Egresó de la institución salesiana en 1965 y de inmediato comenzó a estudiar Ingeniería Electromecánica en la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, por entonces dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo). Era la carrera más cercana a la Electrónica, especialidad que verdaderamente quería estudiar, ya que desde niño le apasionaba la tecnología.
A principios de 1970, promediando el cursado de la carrera elegida, Kike tomó la decisión de ir por aquello que realmente deseaba; gestionó un plan de enlace y se matriculó como estudiante de Electrónica en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Se radicó en Palermo en un departamento de las instalaciones de la planta fraccionadora Pacífico, gracias a la amistad con uno de los propietarios de la bodega Peñaflor. Al mismo tiempo consiguió una beca de la empresa Standard Electric del grupo ITT y comenzó a trabajar en la fábrica de centrales telefónicas Pentaconta, ubicada en San Isidro.
En mayo de ese mismo año regresó a San Juan para contraer matrimonio con Griselda Fantini, quien sería después la madre de sus dos hijos y su “gran compañera de vida”. La joven pareja fijó residencia en un modesto departamento de Almagro y desde allí comenzó a transitar las vicisitudes de la vida conyugal.
Eran tiempos difíciles para la Argentina, tanto que Kike se vio obligado a vender el bien más preciado de su pertenencia para afrontar los gastos corrientes, una clásica moto Vespa 65´.
También por esa época, sucedió un curioso y significativo hecho que marcó el destino de Forradellas. La empresa internacional en la que prestaba servicios advirtió que él era una persona daltónica y de inmediato lo desafectó del área Instalaciones para trasladarlo a otra repartición. Así llegó al sector de Ingeniería para vincularse con la incipiente área de Computación Digital, que sería determinante para orientar su perfil profesional.
Su destacado desempeño en la empresa lo vinculó con contactos influyentes y pronto fue incorporado a la Gerencia de Sistemas de Ferrocarriles Argentinos (FA), específicamente en el proyecto “Teleprocesamiento”. En ese momento la empresa de trenes del Estado tenía cuatrocientos mil (400.000) empleados y disponía de uno de los centros de cómputos de mayor envergadura de Sudamérica.
Kike y su equipo trabajaban sobre temas de simulación, asignación de locomotoras y vagones, teleprocesamientos, diseño y administración de sistemas de venta de pasajes, entre otros. Eran días largos y agotadores. Kike, responsable de la programación, tenía que atravesar varias veces la ciudad con su Citroën 2CV, llevando y trayendo, desde su oficina en FA hasta el Centro de Cómputos de la UBA, las tarjetas perforadas con las que procesaban los datos en un compilador Fortran de un IBM 360.
En paralelo avanzaba con su carrera universitaria y comenzó a ejercer la docencia en la misma Universidad; primero como Ayudante en Computación y más tarde como Jefe de trabajos prácticos. También se incorporó a diferentes equipos de investigación de vanguardia con destacadas figuras de la época, como el Ing. Hugo Ryckeboer. En poco tiempo quedó a cargo de la cátedra Introducción a la Computación Digital de las carreras de Ingeniería.
Para 1973, Forradellas ya era papá de Gerónimo, su primer hijo, seguía trabajando en FA y daba clases en la Universidad y en el colegio técnico Juan XXIII de Ramos Mejía. Además, comandaba un emprendimiento industrial desde el cual desarrollaba tareas vinculadas a la electrónica y la computación.
Pero tantas actividades le impedían cumplir con los horarios que demandaba el cursado en la UBA, razón por la cual decidió continuar su carrera en la Universidad Tecnológica Nacional, Regional Buenos Aires (UTN.BA), cuyo despliegue académico estaba diseñado para personas que trabajaban. Así, el poco tiempo libre que Kike tenía lo comenzó a invertir en recorrer el país con su familia, merced a los beneficios de trabajar en FA.
Para entonces, podría decirse que el sanjuanino llevaba una vida deseada.
Sin embargo, el terremoto de 1977 en Caucete sacudió sus planes. La tragedia de sus comprovincianos lo impactó de sobremanera y la idea familiar de volver a casa, siempre latente, se hizo más presente que nunca. Una pregunta con dejo de nostalgia rondaba obsesivamente por su cabeza en ese tiempo: ¿Qué puedo hacer para ayudar?
Así fue como surgió la oportunidad de trabajar en San Juan en comisión de servicio en el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES). Kike se incorporó al prestigioso Instituto como Jefe del Centro de Cómputos en 1978, bajo la dirección del Ing. Julio Aguirre Ruiz y la coordinación del Ing. Juan Carlos Castano, quienes le asignaron la difícil tarea de desarrollar un sistema de procesamiento, digitalización y dibujo interactivo, que tuviera la capacidad de procesar señales sísmicas en tiempo real.
Estimulado por el desafío, Forradellas se propuso lograr que el imaginado sistema también tuviera la capacidad de precisar el lugar exacto del sismo, volcarlo en una gráfica y enviar de manera automática el reporte del evento a una o varias terminales gráficas preestablecidas. Un proyecto (casi) de ciencia ficción para Argentina en esa época.
El ambicioso proyecto, que contaba con financiamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del Centro Regional de Sismología para América del Sur (CERESIS), requería armar un super centro de cómputos, razón por la cual el Ing. Forradellas viajó a Estados Unidos a buscar la mejor tecnología disponible y vincularse con los especialistas en la materia.
Así visitó el Servicio Geológico de Estados Unidos, en Golden, Colorado, y la Cornell Universiti de Ithaca, Nueva York, para trabajar con el equipo de Bryan Isacks, uno de los padres de la tectónica de placas.
La vuelta a San Juan le permitió volver también a la UNSJ. Primero comenzó a trabajar en el Centro de Cómputos y luego en el Instituto de Automática (INAUT) de la Facultad de Ingeniería. En paralelo empezó a dar clases de computación en las carreras de Geología y Geofísica de la FCEFN en colaboración con el Ing. Carlos Wiederhold.
El protagonismo del Ing. Forradellas en Exactas creció al ritmo de su capacidad de gestión; pronto comenzó a armar equipos de trabajo con docentes e investigadores experimentados y otros más jóvenes que habían llegado con él desde el INPRES, entre ellos Carlos Correa y Claudia Gómez.
Por entonces, Kike estaba convencido que San Juan no debía demorar la creación de un espacio institucional que formara profesionales en una disciplina creciente a nivel mundial y que en los ámbitos académicos ya era conocida como Ciencia de la Informática.
Así nació la Tecnicatura en Programación en dependencias de la Escuela Industrial “Domingo F. Sarmiento” (EIDFS), impulsada por Kike y el director de ese instituto preuniversitario, el Ing. Jorge De Luca. Este trayecto curricular sería el primer paso para la futura Licenciatura en Informática de la FCEFN.
En 1984 Forradelles cruzó la cordillera y se radicó en la ciudad de Santiago para realizar un posgrado en Sismología en las facultades de Ingeniería y Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile; lo acompañó su familia, que por entonces había crecido con la llegada de la pequeña Milena.
Kike regresó del país trasandino enriquecido por la formación, con una agenda cargada de estratégicos contactos internacionales y la firme convicción de impulsar la creación de una carrera de nivel universitario.
La Licenciatura en Informática comenzó a dictarse en mayo de 1985 en el subsuelo de la FCEFN con una matrícula récord: mil doscientos (1200) alumnos, distribuidos en tres (3) turnos diarios. La nueva y popular oferta académica tuvo entre sus principales pioneros a Francisco Maldonado, Carla Bruschi de Cardinale, Carlos Correa, Américo Sirvente y Claudia Gómez, además de su mentor y primer director, el Ing. Forradellas.
El entusiasmo por el desarrollo institucional de la disciplina llevó al siguiente paso que fue la creación en 1988 del Instituto de Informática (IDEI), que también tuvo al Ing. Forredellas como primer director.
Por esa época, Kike también promovió en la FCEFN el primer encuentro nacional de investigadores informáticos, considerado el antecedente fundante de los hoy reconocidos Workshop de Investigadores en Ciencias de la Computación (WICC).
A fines de 1988, Kike había abandonado el INPRES y concentrado todas sus energías y expectativas en el sector privado y en los proyectos universitarios. Pero las condiciones generales no fueron favorables. El país se sumergió en la hiperinflación y el estallido social era inminente.
En ese contexto, Kike emigra a España con una beca de la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de ese país para realizar una maestría en Informática en Madrid. La experiencia europea sería un capítulo de significativa importancia en su vida.
Kike llegó a la capital española el 6 de enero de 1989 y cuando apenas había logrado instalarse en el departamento que le prestó un amigo sanjuanino, un llamado telefónico lo obligó a cambiar de planes. El Dr. Isidro Ramos Salavert, director del Departamento de Sistemas Informáticos y Computación de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), que había conocido a Forradellas años antes en su paso por San Juan, lo convocó a trabajar como docente en la Escuela de Informática de esa prestigiosa Universidad española.
La misma Universidad se ocupó de gestionar el cambio de destino de la beca. Así, en lugar de la maestría en Madrid, Kike comenzó a cursar el doctorado en Informática en la UPV y en poco tiempo logró quedar al frente de una cátedra como profesor asociado en esa Universidad.
Para entonces, la familia de Kike ya vivía con él en España; también para esa época, Forradellas ya había incorporado a sus proyectos académicos y profesionales a su amigo y compañero de la FCEFN, Francisco “Pancho” Ibañez.
El trabajo con destacados investigadores de Europa y otras partes del mundo llevó a Kike y a su colega a interesarse en temas distintos a los que venían trabajando hasta entonces, a tal punto que Forradellas abandonó la formación doctoral en Valencia para incorporarse al doctorado en Sistemas Telemáticos del Programa de Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Madrid. Kike se doctoró allí y de inmediato se incorporó por concurso al plantel docente estable de la flamante Universitat Jaume I de Castellón, ubicada al norte de Valencia.
En paralelo a la docencia, los informáticos sanjuaninos siguieron participando en proyectos tecnológicos de investigación y desarrollo de vanguardia para la época; la mayoría de ellos impulsaban la vinculación del sistema público con el empresarial. Así, con un equipo de trabajo de la Universidat de Valencia, crearon la empresa On Campus Tecnologis con la que desarrollaron -entre otros proyectos- un sistema de Control de Tráfico Urbano (UTC), que se aplicó en las olimpiadas de Barcelona 1992.
Con esta empresa trabajaron también en proyectos financiados por la Comunidad Europea en colaboración con los principales centros de Investigación y Desarrollo de Europa, entre ellos la Imperial Coolleg de Londres (ICL), College Bull de París y la European Computer-Industry Research Center de Munich.
En 1995 Kike volvió temporalmente a San Juan a despedir a sus padres; y dos (2) años después, regresó con su esposa para radicarse definitivamente en Argentina, mientras que sus hijos permanecieron en España. Forradellas vivió un tiempo en su provincia natal y luego se mudó a Mendoza, donde comenzó a desarrollar en la UNCuyo la primera Maestría en Logística de Latinoamérica, en el marco del programa internacional ALFA (América Latina Formación Académica). Al mismo tiempo dictaba clases y desarrollaba proyectos en la FCEFN de la UNSJ.
Años después, en el contexto de la crisis política, social e institucional disparada en 2001, Kike y su colega Pancho regresaron a España a realizar una formación posdoctoral “Torres Quevedo” (incorporación de doctores en la industria). La beca les dio a los sanjuaninos la gran posibilidad de enfrentar la crisis alternando la residencia cada tres (3) meses entre Argentina y el país ibérico, avocados al desarrollo e implantación de proyectos en Sistemas Industriales Complejos.
Luego, a partir de 2003, el Dr. Forradellas comenzó a vincularse con universidades francesas y, a través de ellas, con ARFITEC (Argentina Francia Ingenierías Tecnología). Gracias a este programa y a las gestiones del investigador sanjuanino un gran número de alumnos y docentes de San Juan y Mendoza se formaron en universidades de ese país europeo.
En la actualidad, el Dr. Forradellas está radicado en la localidad Chacras de Coria, Mendoza y lleva una vida tan activa como siempre. Es codirector del Doctorado en Ciencias de la Informática de la FCEFN de la UNSJ y dirige la Maestría en Logística de la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo. Además es el director del doctorado en Ingeniería Industrial, dependiente de las universidades nacionales de Misiones, Jujuy, La Rioja, Salta, Tucumán y Cuyo.
También en esa Universidad cuyana dirige el Centro de Estudios y Aplicaciones Logísticas (CEAL), desde donde mantiene vinculaciones con investigadores de Latinoamérica y Europa.
El Dr. Ing. Raymundo Quilez Forradellas Martínez contribuyó de manera decisiva al desarrollo de la informática en San Juan y en la región. Y la FCEFN de la UNSJ se enorgullece de tenerlo entre sus más destacadas figuras.
“Kike es una persona brillante, de gran inteligencia emocional; un referente de la Informática a nivel nacional e internacional. Él nos anticipó el mundo que se venía. Cuando la carrera estaba empezando solía decirnos que teníamos que prepararnos para formar a los ciudadanos, ya que el acceso a la tecnología se iba a popularizar.
Tuvo la capacidad de armar equipos en distintas áreas disciplinares con profesionales que él trajo y otros que él formó aquí. Luego nos vinculó con distintas redes del país y el mundo para abrir nuevas líneas de investigación y capacitarnos. Él nos facilitó el contacto con el mundo de la Informática”.
TECNOLOGÍAS INTELIGENTES
“Tenemos que pensar la IA como una ayuda”
El Dr. Forradellas es un referente académico y profesional en logística para las industrias. Fue el creador de la primera Maestría en Logística de Latinoamérica en la UNCuyo y codirector en esa misma Universidad del Laboratorio de Sistemas Inteligentes (LABSIN), un espacio que se ocupa de investigar la Inteligencia Artificial (IA) aplicada.
En la actualidad dirige el Centro de Estudios y Aplicaciones Logísticas (CEAL) del Instituto de Ingeniería Industrial de la UNCuyo, una unidad de Investigación, Desarrollo e Innovación que se dedica a formar recursos humanos y satisfacer necesidades de empresas mediante servicios profesionales especializados, focalizados en la administración, la logística y los procesos de producción.
Desde estos espacios y con muchos años de experiencia en la materia, reflexiona sobre el futuro de las industrias y los empleos en relación a las tecnologías inteligentes.
¿Cómo ve la evolución de la logística industrial de la región?
Entiendo que estamos en una posición de liderazgo. En la industria del vino, por ejemplo, todo lo relacionado a la automatización, los procesos y almacenamiento ha mejorado y perfeccionado muchísimo. Lo mismo ha pasado con la industria agroalimentaria, especialmente en el sector frutihortícola hay avances muy importantes en materia de automatización y robótica.
¿Cómo impactará la IA en las industrias?
La IA debe pensarse en relación a un conjunto de tecnologías combinadas que hoy se encuadran en lo que se denomina Industria 4.0. Una de las tecnologías más revolucionarias en esta etapa es la Machine Learnig, que posibilita que los sistemas “aprendan” y mejoren los procesos de manera automática, sin intervención de los humanos. Esto, combinado con la Ciencia de Datos (procesamiento y análisis de grandes volúmenes de datos), y la tecnología 5G, dan lugar a la aplicación de la Internet de las Cosas. Sobre esta tecnología girará el futuro.
¿Cómo aplica esto en concreto en una industria?
Posibilitando que las máquinas “aprendan” y supervisen la producción con un nivel de automatismo tal que pueden decidir, por ejemplo, qué pieza fabricar, dónde y cómo cortarse, soldarse, pintarse, ensamblarse, etc.; es decir, administrar todo el proceso productivo en forma autónoma. Y cuando el producto está terminado, continúa con tecnología blockchain (utilizada en la criptomoneda), para gestionar la autoverificación y trazabilidad. Las industrias y las empresas que no se adapten a estas tecnologías quedarán fuera de mercado, lastimosamente.
Pero no todas las tareas son posibles de automatizar…
Claro, y hay que saber también que hay sistemas más autónomos que otros; por ejemplo, en el control del tráfico aéreo en los aeropuertos, que tienen niveles muy importantes de automatismo, la intervención humana siempre tiene la última decisión. Lo mismo ocurre en los quirófanos con las cirugías. Es lo que se llama automatismo asistido por la IA. Otros sistemas, en cambio, como el de los semáforos en las calles, los autos de alquiler autónomos o las compuertas en los diques, ya no requieren personas, son totalmente automáticos.
¿Los sistemas terminarán reemplazando a las personas?
La tendencia es que el humano será reemplazado en muchas actividades, pero nunca en todas. Por ejemplo, en el caso de la abogacía, la búsqueda, las proyecciones y la clasificación de información y de antecedentes para una causa puede hacerse con IA, pero la estrategia legal dependerá siempre del criterio y la capacidad del abogado interviniente.
¿Qué sería lo deseable?
Que se aplique en aquellas tareas repetitivas o peligrosas, por ejemplo pintar muros en altura o sofocar un incendio, que ya se hacen a través de drones. Tenemos que pensar la IA como una ayuda, por eso es fundamental que los profesionales se formen en las nuevas tecnologías provenientes de la IA.
Aportes gráficos: Kike Forradellas, Sandra Oviedo y Evangelina Sanz.