En el 50° aniversario de la UNSJ, la Facultad de Ciencias Exactas, Fìsicas y Naturales repasa la vida y obra de algunas de sus destacadas personalidades. En esta nota, el insigne paleontólogo, docente de Geología y principal impulsor de la puesta en valor de Ischigualasto.
Su nombre está relacionado de manera indisoluble con Ischigualasto, una de las reservas paleontológicas más importantes de Sudamérica. Y no por casualidad. El Dr. William Dudley Sill fue el primer investigador en liderar desde San Juan exploraciones paleontológicas en busca de fósiles en ese lugar, también conocido como “El Valle de la Luna”. Fue también el máximo responsable de crear por ley el “Parque Provincial Ischigualasto” y el principal impulsor de la declaración del sitio como “Patrimonio Mundial de la Humanidad”.
William Sill nació en 1937 en Las Vegas, Nevada, Estados Unidos. En 1959 llegó a San Juan como misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. La religión mormona ocupó siempre un lugar central en su vida. En esta provincia conoció a la albardonera Nélida Salinas, con quien luego formó familia.
Tras su primera estancia en San Juan, el joven religioso se mudó a Utah, para completar sus estudios en Geología en 1963, bajo la supervisión de los destacados paleontólogos Bryan Paterson y Alfred Romer. Tras recibirse comenzó a dictar clases en la Universidad de Yale.
William Sill regresó a la Argentina en 1969 como geólogo contratado por YPF para trabajar en Luján, Mendoza. Una año después se hizo cargo en San Juan de la cátedra de Paleontología en la flamante carrera de Geología de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FICEFN), por entonces dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO); más tarde se incorporó también al Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Provincial Domingo F. Sarmiento.
Mientras estaba en Argentina recibió una invitación para hacer un doctorado en la Universidad de Harvard sobre paleovertebrados triásicos de Ischigualasto que habían sido colectados por los citados Patterson y Romer a fines de los años ’50 y principio de los ’60. Con toda esa formación y experiencia, Sill comenzó a dimensionar cabalmente el valor científico y turístico de Ischigualasto y a focalizar así todos sus esfuerzos para que el sitio fuese un lugar protegido por el Estado.
El mismo William había creado un buen vínculo de cooperación entre el Gobierno de San Juan y la Universidad Nacional, por lo que no le costó mucho convencer a las autoridades para crear por ley, en 1971, el “Parque Provincial Ischigualasto” y poner así en custodia permanente las invaluables riquezas geológicas y paleontológicas del lugar. Este acto no fue una tarea menor, ya que en esa época los gobiernos de San Juan y La Rioja se disputaban esos territorios.
Las campañas paleontológicas de Williams Sill y su equipo permitieron reunir durante el periodo 1971 – 1976 la primera colección en San Juan de paleovertebrados de Ischigualasto, la que fue hospedada en anexos improvisados en los viejos galpones de la Facultad de Ingeniería, donde funcionaba la carrera de Geología. Este fue el germen de la primera colección de paleovertebrados formal en San Juan.
A mediados de la década del setenta, Sill había logrado consolidar un grupo de estudiantes de Geología con notable vocación por la investigación y el trabajo de campo en Ischigualasto y otras áreas. Sin embargo, el golpe cívico militar de marzo de 1976 tendría consecuencias indeseables también para el desarrollo de la paleontología local. Alumnos de Sill fueron encarcelados por la dictadura y el científico norteamericano, a través de sus contactos en la embajada de su país, logró que algunos de ellos fueran liberados y luego salieran de la Argentina. Las consecuencias de este episodio pusieron en riesgo la seguridad del investigador y su familia y en 1978 decidieron regresar a Estados Unidos.
En norteamérica se desempeñó como profesor en varias universidades; sin embargo su cariño por Argentina, en especial por Ischigualasto, lo trajo de regreso en 1992. Aquí volvió a integrarse al Instituto de Investigaciones y Museo de Ciencias Naturales, ahora dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ; esta vez como Vicedirector de la unidad y Jefe del Área Paleontología de Vertebrados.
En su tercera etapa en el país volvió a retomar con las mismas ganas las expediciones y tareas de campo en Ischigualasto, sin embargo su cuerpo ya no respondía como antes. En 1990 había sido diagnosticado con una enfermedad degenerativa que le quitaba movilidad corporal; además en una de las campañas, una rodada de su mula le produjo lesiones con graves secuelas, entre ellas una renguera permanente. A pesar de la enfermedad y el accidente siguió adelante con la firme convicción que lo motivaba por esos años: lograr que Ischigualasto tuviera relevancia mundial.
El gran objetivo de Sill se materializó el 2 de diciembre del año 2000. Aquel día, después de varios viajes a la sede de UNESCO en París para defender las cualidades del patrimonio geológico y paleontológico del “Parque Provincial Ischigualasto” y también del “Parque Nacional Talampaya” de La Rioja, “El Gringo” recibió con más felicidad que nadie el anuncio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura: ambos parques son “Patrimonio Natural de la Humanidad”.
El “sanjuanino nacido en Estados Unidos”, como él mismo solía definirse, falleció el 15 de marzo de 2008 en Las Vegas. En esa ciudad descansan sus restos, excepto su corazón, cuyas cenizas se conservan en una urna sepultada en Ischigualasto, tal como era su deseo, junto a los secretos que aún guarda en sus entrañas ese extraordinario lugar.
El Dr. William Sill fue un científico clave para el desarrollo de la paleontología en San Juan y la región. Un hacedor que pensaba y soñaba en grande. Una referencia insoslayable en la historia y el presente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ.
“Fue el primer paleontólogo formado que llegó a trabajar desde San Juan y fue muy importante para todos los que fuimos sus alumnos. Además fue un gran gestor. Él es el responsable de haber puesto a Ischigualasto en la agenda pública. Hizo la primera colección de fósiles de vertebrados en San Juan, creó el primer laboratorio de reparación de fósiles, redactó el proyecto de creación del Parque Ischigualasto y fue el gestor de la declaración de patrimonio mundial de la humanidad”. Dr. Oscar Alcober – Director del Instituto y Museo de Ciencias Naturales FCEFN.
“Dante Herrera, guardaparque de Ischigualasto, contó en una entrevista que el Dr. William Sill le facilitaba sus apuntes para entender la historia del lugar. “A medida que leía empecé a descubrir que las cosas eran totalmente diferentes de cómo las había visto hasta ese momento”, relató. Su generosidad en compartir el conocimiento, una de las principales características de los sabios, fue una de las grandes virtudes del Dr. Sill”. Dra. Patricia Perucca. Directora del Instituto de Geología FCEFN.
“Trabajó mucho para conseguir fondos para las costosas campañas paleontológicas en Ischigualasto; también para abrir las puertas al turismo internacional. Siempre apoyó el crecimiento de la Facultad, formando recursos humanos; fue inconmensurable su tarea para revalorizar el patrimonio de San Juan. Sus estudiantes lo recuerdan como un excelente ser humano y profesional”. Dra. Paula Santi Malnis. Subdirectora del Departamento de Geología FCEFN.
Fuentes y aportes gráficos: Victor H. Contreras, Brígida Castro, Enrique Uliarte, Oscar Alcober y César Eguaburo.