Esteban Vergalito: “Dar respuestas desde la Epistemología a las necesidades de nuestro pueblo”

En “Encuentros con la Ciencia y la Tecnología” entrevistamos al Dr. Esteban Vergalito, docente investigador de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (UNSJ)

Esteban Vergalito

Dr. Esteban Vergalito

En su rol de director del Proyecto: “Epistemologías de la Educación y de la Salud: Diagnósticos y Propuestas para el Fortalecimiento de la Formación de Grado de la UNSJ en las Carreras de Ciencias de la Educación y Enfermería”; compartió con la audiencia de Radio Universidad Nacional de San Juan la experiencia que implica el desafío de pensar el estatuto epistemológico de la Enfermería y la Educación desde un pensamiento situado y comprometido en la Universidad pública argentina.

¿Cuál es la pertinencia de este proyecto?

La Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia de San Juan y nuestra Universidad implementaron un nuevo programa de proyectos de investigación, destinado especialmente a jóvenes investigadores de hasta 40 años. Nuestro proyecto se inscribe dentro de este programa.

Tratándose de un proyecto interdisciplinario, vimos la posibilidad de articular espacios académicos entre ambas Facultades, ligando algunos de los Departamentos e Institutos de investigación que las componen. La pertinencia del proyecto tiene que ver con este cruce de enfoques teóricos, y con poder pensar dos disciplinas que, en general, resultan un tanto resistentes para la Epistemología clásica o tradicional, como son la Ciencia de la Educación y la Enfermería.

Cuando hablamos de Epistemología, pensamos, en primera instancia, en la Filosofía de la Ciencia. Así se ha constituido, al menos, en la primera mitad del Siglo XX: como una disciplina filosófica. Sin embargo, a partir sobre todo de la aparición de un texto de Thomas Kuhn de 1962, La estructura de las revoluciones científicas, la Epistemología se redimensiona con el aporte de la Historia, de la Sociología, de la Antropología y, más recientemente, incluso de la Sociología Política. De esta manera, el concepto de Epistemología se va ampliando cada vez más y, actualmente, para definirlo ya no basta con un enfoque puramente filosófico.

En este marco, el interés del proyecto es pensar disciplinas como la Ciencia de la Educación y la Enfermería, que aún hoy se discute si son o no ciencias, aunque se acepta que son disciplinas profesionales: existen carreras universitarias y ambas tienen un impacto social muy alto con su práctica profesional. No obstante, su estatuto epistemológico todavía está siendo discutido, es decir, aún se plantea si se trata de ciencias o no, si se trata de campos disciplinares al interior de un gran tipo de ciencia, etc. Por un lado, el proyecto tiene la intención de “hincarle el diente” a esta discusión, de poder elaborar un diagnóstico del estado teórico–epistemológico de este debate. Por otro lado, el proyecto conlleva un aspecto aplicado, que tiene que ver con poder contribuir, desde la Epistemología, a carreras que próximamente entrarán en procesos de acreditación ante la CONEAU, lo cual implicará seguramente reformas de planes de estudio o modificaciones curriculares más o menos estructurales. Aquí, creemos que la Epistemología tiene algo para aportar, en la medida en que permite conceptualizar y redefinir las disciplinas.

En el caso de las Ciencias de la Educación, nosotros visualizamos claramente esta oscilación entre la “Pedagogía” –la tradición más antigua–, las “Ciencias de la Educación” –en plural– como una especie de campo educativo atravesado por la Sociología, la Historia, la Política, la Filosofía y la Antropología; y algunos planteos más recientes, que proponen la idea de una sola “Ciencia de la Educación” –en singular–, de carácter empírico, cuyo arraigo teórico radicaría en ciertas categorías específicas de esta ciencia. Esta diversidad de denominaciones revela toda una discusión, todavía abierta.

En el caso de la Enfermería, se trata de una disciplina que se ha ido profesionalizando rápidamente, pero cuyo estatuto científico es hasta hoy muy dubitativo. Si bien existen ya revistas especializadas, equipos de investigación y toda una serie de instituciones que hacen a este estatuto científico, quizás lo que todavía falta ver es la definición de uno, dos o tres paradigmas más o menos fundamentales y ampliamente aceptados que, a nivel teórico, puedan definir, por ejemplo, el concepto de “cuidado” –que sería el concepto básico para dar cuenta del objeto de la Enfermería–.

Es decir que estamos, de algún modo, asumiendo un riesgo, como en todo proyecto exploratorio, que es precisamente el de pensar lo nuevo, o aquello que ya ha sido pensado, pero no suficientemente. En este sentido, pretendemos intervenir de manera teórica desde un abordaje epistemológico, pero buscando, al mismo tiempo, fortalecer lo institucional, porque entendemos que también la Filosofía puede comportar un aspecto aplicado y, como en este caso, resultar relevante al momento de revisar un plan de estudio.

El equipo está integrado por cuatro jóvenes investigadores: la Dra. Andrea Benavidez, la Prof. Alejandra Camacho, el Prof. Julián Raúl Videla y la Prof. Florencia Wortman. También nos acompañan, en calidad de Asesores, el Mag. Carlos De Gregorio y el Dr. Luis Garcés.

Realmente me parece muy interesante esta posibilidad de sentarnos en una misma mesa los que tienen más experiencia con los que nos estamos iniciando y avanzando en la investigación, porque es una oportunidad para la transferencia intergeneracional –un poco yendo a contramano de cierta cultura nuestra, de empezar siempre de cero–. Esta transferencia de saberes previos que ya se han constituido me parece fundamental, y sobre todo en un campo éste, el epistemológico, que trabaja con el conocimiento. En este caso, se hace posible a través de dos referentes de lujo en cada área, como son Carlos De Gregorio y Luis Garcés.

¿Con qué problemas se han encontrado hasta ahora en el planteo del proyecto?

En el planteo mismo del proyecto, en su momento, costaba encuadrar la temática, precisamente porque la bibliografía es escasa. Por eso destaco tanto el libro de Alicia Martín, quien es docente-investigadora de la FFHA, que nos permitió iniciar la discusión en torno a la Ciencia de la Educación.

Me refiero a encuadrar conceptualmente un proyecto de Epistemología sobre la base de este riesgo que he comentado, de disciplinas que están en proceso de consolidación pero cuyo carácter científico está hoy todavía en plena discusión:  ¿la Enfermería y la Educación son ciencias? ¿O son el espacio común de aplicación de saberes que vienen de otras procedencias –Filosofía, Biología, Sociología, Historia, etc.– y que confluyen en un campo determinado?

Lo que sostiene Alicia Martin es que la Ciencia de la Educación, tal y como ella la entiende, no sólo ha demostrado su estatuto empírico –componente fundamental de cualquier ciencia–, sino que ha hecho un desarrollo teórico propio que implica ciertas categorías que serían específicas de la Ciencia de la Educación –por ejemplo: “currículum oculto”, “transposición didáctica”, “distribución social del conocimiento”, “capital cultural”, etc.–, en el contexto de la educación formal, desde el surgimiento de la escuela moderna hasta nuestros días. Ésta es una de las posiciones que uno puede encontrar allí.

No obstante ello, y aunque existan maneras de sustentar el carácter científico de la Ciencia de la Educación, en Ciencias Sociales siempre se nos presenta, en general, un problema muy básico, que es: ¿todas las Ciencias Sociales dependen de una “ciencia madre” –la Sociología–? (si esto es así, la Ciencia de la Educación tendría un estatuto subordinado); ¿O, en realidad, cada ciencia social es autónoma, y entonces tenemos que hacer epistemologías regionales o particulares, una para cada disciplina? Esto, hoy por hoy, es un problema teórico al interior del proyecto. No está resuelto. Si vamos al caso de la Enfermería, por otra parte, recuerdo que hace pocos días discutíamos un texto de Juan Samaja, uno de los grandes referentes nacionales –porque, además, tenemos el interés de rescatar nuestros propios autores nacionales y regionales–, y él aboga allí por una Epistemología General. ¿Qué significa “Epistemología General”? Significa que hay una Epistemología para absolutamente todas las ciencias. Y, sin embargo, Samaja ha escrito un libro pionero que se llama “Epistemología de la Salud”, que es nada menos que su Tesis Doctoral…

Resolver esta cuestión, entonces, de si vamos a hacer una Epistemología con un alcance cuasi-universal, o epistemologías particulares, relativas a disciplinas específicas, es ya un arduo problema epistemológico en sí mismo.

Pero, además, hay otra cuestión que nos interesa, en la medida en que entendemos que la Ciencia, como diría el filósofo francés Michel Foucault, se basa en una íntima relación entre saber y poder, siendo lo político mismo un componente de lo científico. Lo voy a graficar de una forma muy directa: si uno detenta un saber que se presume científico, que se ha legitimado socialmente como científico, en ciertas instituciones tiene un determinado poder. Sin ir más lejos, en el hospital.

Vayamos un poco para atrás: la Medicina ha tenido que defender su propio carácter científico porque, frente a la postura de algunos biólogos, ella no sería más que Biología Humana. Así, la Medicina ha tenido que pelear su propio estatuto científico, en parte desde ciertos abordajes epistemológicos, y en parte a nivel sociopolítico, porque también hay ciertas cuestiones del orden del poder y de las representaciones sociales que requieren de una decisión consensuada, o de algún tipo de proceso de legitimación, para que un determinado saber alcance carácter “científico”.

A partir del caso de la Medicina, podríamos decir que la Enfermería se encuentra, ya desde hace varias décadas, peleando ese estatuto científico. Esto es muy interesante, porque en la cátedra de Epistemología de la Carrera de Enfermería discutimos el tema con los estudiantes, y uno descubre a menudo una suerte de orgullo epistemológico a priori: “lo nuestro es una ciencia”, suelen sostener. Esta actitud afirmativa me parece valiosa. Pero, para que tenga peso, hay que sustentar esa tesis epistemológicamente, hay que poder decir qué conceptos serían propios de la Enfermería y permitirían constituir un cuerpo teórico específicamente enfermero, suficiente como para distinguirla de la Medicina, por ejemplo. De lo contrario, la subordinación disciplinar es muy inmediata. Si esto no se hace, si uno no le da a esa afirmación un carácter epistemológico y la fundamentación teórico-epistemológica que requiere, queda sólo como un gesto de autoafirmación. Allí hay, como diría Pierre Bourdieu, un doble juego, una doble apuesta, que apunta a las relaciones de poder, pero, al mismo tiempo, a componentes propiamente epistémicos, que si uno no los define, no los fundamenta y no los articula de manera argumentativa, tampoco se llega a consolidar un nuevo campo científico, ya que la disputa –al interior de la academia, pero también fuera de ella– finalmente se pierde frente a otros saberes previamente legitimados.

Por lo tanto, aquí hay un enlace que me parece por demás interesante para pensar esta disciplina, que es precisamente este lazo entre poder y saber, que representa todo un enfoque en sí mismo: entender a la ciencia no como algo que bajó del cielo, sino como una creación humana que está sometida a las mismas luchas a las que estamos sometidos todos los seres humanos siempre. Sin por esto banalizar el carácter científico del saber de la ciencia, pero, al menos, para politizarlo, historizarlo, hacerlo parte de la sociedad humana.

La llegada a la carrera de Enfermería de un equipo de profesionales de Ciencias de la Educación y Filosofía, ¿cómo la están viviendo? ¿Cómo viven la experiencia con estudiantes que, en general, no esperan este arsenal teórico?

Hay una palabra que resume la respuesta: EXPECTATIVA.

Llegamos a la Carrera de Enfermería con mucha expectativa, porque se trataba de una carrera nueva en la UNSJ, con un plan de estudios muy novedoso –sobre todo si uno lo compara con los planes de estudio de otras Universidades Nacionales–, que le da un lugar muy importante a las Ciencias Sociales y Humanas en todo su articulado curricular.

Por lo tanto, era ser partícipe y protagonista de la construcción de algo nuevo. En este sentido, hemos llegado con mucha expectativa, que hoy no sólo que no se ha perdido, sino que se va traduciendo en este tipo de proyectos de investigación y en otros de transferencia de conocimientos, en los que también estamos colaborando.

En cuanto a la relación con nuestros estudiantes, la vivimos muy bien. Las clases son momentos de un intercambio muy rico, en el que nos nutrimos de sus inquietudes, interrogantes y experiencias. Siempre volvemos de ellas con nuevas preguntas y reflexiones.

Con respecto al lugar que ocupa la materia en la formación de grado, hay que tener en cuenta que se trata de un plan de estudios de reciente implementación. Quizás uno tiene que esperar un cierto tiempo, a que los estudiantes lleguen a la instancia de la Licenciatura, para terminar de dimensionar el aporte que significa para ellos la Epistemología y la Filosofía en general. Quizás hoy todavía cuesta un poco ver esta relevancia, pero estamos trabajando mucho a nivel metodológico, pedagógico, didáctico, para que la brecha entre un saber abstracto de este tipo y la realidad cotidiana del estudiante se pueda ir reduciendo. Nosotros realmente confiamos en que estas discusiones epistemológicas son muy importantes, porque hacen a la constitución misma de la disciplina, no sólo en el ámbito académico, sino también en el laboral, por el impacto directo que estos debates tienen en la práctica profesional. Por ejemplo, si hay un espacio interdisciplinario en un hospital, el aporte real del enfermero se va a dar en tanto y en cuanto se pueda posicionar como agente de un saber legitimado, es decir, que ese saber sea reconocido como científico por sus colegas que vienen de otras disciplinas.

En este sentido, el aporte de la Filosofía sería tratar de brindar algunas herramientas conceptuales para encuadrar y fundamentar este proceso de constitución de una disciplina científica. ¿Por qué nuestra Carrera de Enfermería no puede hacer un aporte sustantivo a una discusión que, a nivel mundial, todavía está en pañales? Como decíamos antes: si bien hay un cierto recorrido, aún no se termina de consolidar lo que sería el sujeto y el objeto específicos de la Enfermería. Entonces, ¿por qué no podríamos convertirnos nosotros, desde la UNSJ, en un espacio académico de producción de conocimiento en esta área?

¿Qué expectativas hay del lado de las Ciencias de la Educación?

La expectativa es la de poder contribuir desde la Epistemología. Está funcionando hoy, desde la Dirección del Departamento de Filosofía y Ciencias de la Educación, una Comisión de Seguimiento del Plan de Estudio de la carrera que está discutiendo el plan curricular en general, incluyendo muchos otros componentes, además del estrictamente epistemológico. En su momento, cuando tengamos algo concreto para aportar, elevaremos un informe que transmita nuestra mirada desde el proyecto, siempre en el afán de sumar esfuerzos y de construir la Institución. Porque creo que así se construye lo académico y el compromiso social de la Universidad: desde el trabajo de todos los días y desde la articulación de los esfuerzos colectivos. Como es el caso de este Programa de Jóvenes Investigadores, en el que se complementan los recursos de la Universidad Nacional y de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia, para dar respuesta a las necesidades de nuestro pueblo, que es, finalmente, quien sustenta al Estado y a sus instituciones, y para quien debemos trabajar responsable y comprometidamente.

(“Encuentros con la Ciencia y La Tecnología” se emite los martes a las 18,30 por Radio Universidad FM 93.1; con la conducción de Gustavo Carrizo y la producción de Sofía Correa y Hugo Vinzio)