Un proyecto de investigación desarrollado en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFN) de la UNSJ reveló datos preocupantes sobre la magnitud de estas prácticas delictivas en la provincia y sus impactos ambientales.
Los resultados muestran que los 19 departamentos de San Juan registran actividades vinculadas a la caza, tráfico y tenencia ilegal de fauna silvestre. Esta situación, además de vulnerar el derecho a un ambiente sano, compromete la biodiversidad local y los servicios ecosistémicos que sustentan la calidad de vida humana, como la regulación de ciclos biológicos, la dispersión de semillas o el control de plagas.
El proyecto de investigación “Delitos ambientales: el tráfico ilegal y mascotismo de fauna silvestre como amenazas para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de San Juan”, se desarrolló en el marco de la convocatoria “Proyectos de Jóvenes Investigadores” (Projovi), que es financiado por el Gobierno de San Juan y la UNSJ.
El trabajo se ejecutó en conjunto con el Centro de Rehabilitación, Educación Ambiental y Recreación Responsable (CREARR), que recibe animales víctimas del tráfico ilegal y el mascotismo a través de decomisos realizados por la Secretaría de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Gendarmería, Policía Ecológica y entregas voluntarias de particulares.
Una problemática creciente
Según la investigación, de los miles de animales que llegan cada año al ex Parque Faunístico de Rivadavia, la gran mayoría corresponde a especies nativas. El grupo taxonómico más afectado es el de las aves, que además cumplen un rol clave en la regulación de ecosistemas a través de la polinización, el control de insectos y la dispersión de semillas.
No es casual que las aves sean las más perseguidas. Según la Dra. Silvina Adarvez, directora de la investigación, esta realidad, que se repite en toda la Argentina, se explica “por el valor ornamental de las aves, por sus colores y cantos. Dentro de las especies de mascotas no convencionales son las más apreciadas por la comunidad”, asegura la especialista.
Si bien algunos ejemplares que llegan al CREARR resultan rehabilitados y liberados, una proporción significativa ingresa en muy malas condiciones de salud, sin posibilidades de recuperación, lo que refleja la gravedad de los daños que producen estas prácticas.
Ranking de las especies más afectadas
El proyecto identificó a las diez especies más comprometidas por el tráfico y el mascotismo en San Juan, entre las que predominan aves ornamentales y de jaula, así como mamíferos y reptiles:
- Pepitero de Collar (Saltator aurantiirostris)
- Diuca (Diuca diuca)
- Jilguero Dorado (Sicalis flaveola)
- Cabecitanegra (Spinus magellanicus)
- Reinamora Grande (Cyanocompsa brissonii)
- Cardenal Rojo (Paroaria coronata)
- Gavilán Mixto (Parabuteo unicinctus)
- Mara (Dolichotis patagonum)
- Tortuga Terrestre (Chelonoidis chilensis)
- Cotorra (Myiopsitta monachus)
Cada una de estas especies cumple un papel ecológico fundamental, desde la dispersión de semillas hasta el control natural de roedores o insectos. Su extracción ilegal de los ecosistemas pone en riesgo no solo su supervivencia, sino también el equilibrio ambiental que sostiene a las comunidades humanas.
Conciencia y educación ambiental
El proyecto de investigación también incluyó instancias de talleres, charlas y materiales didácticos, destinados a sensibilizar a la comunidad, especialmente a los niños, sobre la importancia de proteger a la fauna nativa.
El trabajo de investigación destaca en sus conclusiones que el tráfico y la tenencia ilegal de fauna no son solo delitos contra la biodiversidad, sino también amenazas directas a la salud de los ecosistemas y al bienestar humano. Por ello, sus autores subrayan la necesidad de reforzar políticas públicas, controles efectivos y campañas de concientización.
Charlas didácticas y juegos. Algunas de las estrategias impulsadas por los investigadores para generar conciencia sobre el cuidado de la fauna.
Equipo de investigación
El trabajo fue llevado adelante por un equipo interdisciplinario de la FCEFN, conformado por Silvina Adarvez (Directora); Nancy Verónica Marinero (Becaria posdoctoral de CONICET); Jonathan Misael Loaisa (Lic. en Biología); Yésica Beatriz Díaz (estudiante de Biología) y Cynthia JesicaGonzález (Médica veterinaria, colaboradora del CREARR).
“La fauna silvestre es un recurso que hay que regular y controlar”
Además de dirigir el proyecto de investigación que analiza el tráfico ilegal y el mascotismo en San Juan, la Dra. Silvina Adarvez integra la cátedra Manejo Ecológico de Fauna Silvestre de la Licenciatura en Biología de la FCEFN y es consultora ambiental independiente.
Con una trayectoria relacionada con la investigación aplicada a la conservación de la biodiversidad, la especialista se refirió a los desafíos que enfrenta la provincia frente a este delito ambiental y sobre la importancia de fortalecer el rol de los profesionales en biología para aportar soluciones técnicas y científicas.
– Parece no ser suficiente la normativa vigente para combatir el tráfico ilegal de fauna silvestre y mascotismo en San Juan…
–La Ley Provincial N° 606-L es una ley es de carácter prohibitivo. Desde el punto de vista técnico y personal, no la comparto. La fauna silvestre es un recurso y como tal puede ser utilizada. Por lo tanto, lo que hay que regular y controlar es el uso. Hay que lograr que sea sustentable y sostenible, y eso es específico de cada especie, por su biología y estado de conservación. Para ese desafío, los biólogos somos esenciales, como recursos humanos especializados que podemos asesorar, estudiar y proponer estrategias de manejo y control de las especies.
–¿Qué tipo de personas son las que trafican fauna?
Hay diversos tipos. Están quienes viven en zonas alejadas a las ciudades, para quienes la fauna es un recurso alimentario o una posibilidad de ingreso económico para la subsistencia. Por otra parte, existen personas que arrasan con las especies solo con fines comerciales. La Ley no diferencia a unos de otros, por eso creo que es mejorable. Y tenemos profesionales capaces de hacer propuestas que resulten más efectivas.
–¿Qué otro aspecto debería mejorarse para combatir con mayor eficacia el tráfico?
–Una cuestión a resolver es la deficiencia técnica de los entes gubernamentales para ejercer los controles. Otro problema es la presión de algunos grupos minoritarios, organizados en ONGs de proteccionistas, que carecen de profesionales o formación técnica para comprender algunas medidas de control. Estas organizaciones deben ser un pilar fundamental para el cumplimiento normativo ambiental, pero deben tener asesoramiento profesional.
–¿Qué acciones considera prioritarias?
–Es fundamental trabajar con equipos interdisciplinarios, establecer la reglamentación de la ley y definir protocolos de actuación. Los profesionales, en conjunto con la comunidad, debemos lograr medidas adecuadas para el control de especies plaga, que ocasionan daños al ambiente, a la salud de las personas y también conflictos económicos. Dependiendo de cómo valore cada actor social a estas especies, habrá diferentes intereses y roles; sin embargo, es el criterio técnico y científico el que debe mediar para encontrar las mejores alternativas de actuación.
–¿Qué está haciendo la Universidad para enfrentar esta problemática?
– La Universidad forma recursos humanos especializados, profesionales con conocimientos suficientes para asesorar de manera independiente o integrarse a los equipos técnicos que se necesitan en reparticiones como la Dirección de Conservación y Áreas Protegidas o el Ministerio de Desarrollo y Producción. Además, desde la carrera de Biología se han generado tesinas, proyectos de investigación y extensión que aportan información valiosa para diseñar políticas y acciones eficaces.
Pero esto requiere de biólogos insertos en esos ámbitos, que interpreten y apliquen ese conocimiento de manera adecuada. Tenemos actividades reservadas en esta materia y somos los profesionales habilitados para dar respuesta a estas demandas y garantizar planes estratégicos de gestión y manejo de los recursos naturales, siempre en conjunto con otras especialidades.