Biólogos de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFN) de la UNSJ y el CONICET participan en un proyecto multidisciplinario que combina arte, ciencia y tecnología con el objeto de investigar el comportamiento y hábitat de animales regionales y migratorios.

ESTRATEGIAS DE REGENERACIÓN

El proyecto se materializa en una obra artística multifuncional denominada “Pampas del Zonda”. Se trata de una estación de investigación de “Estrategias de Regeneración” de refugios para animales autóctonos. Es la primera experiencia del país en su tipo. El observatorio ofrece refugio a los animales contra sus depredadores, protección contra las inclemencias del tiempo y condiciones favorables para la investigación científica y la reproducción de diferentes especies.

Carlos Borghi y Stella Giannoni son los biólogos de la FCEFN que participan en el proyecto, cuya autoría es del artista Charly Nijensohn. El observatorio está instalado a 22 km de la capital de San Juan, en el corazón del valle de Zonda. La obra será parte de los atractivos que tendrá un parque de esculturas denominado “Arte bestial”, próximo a inaugurarse en un predio privado.

La imponente estructura de la estación está conformada por tres esculturas de barro de diez metros de diámetro por seis metros de alto con formas inspiradas en nidos de hormigas y en termiteros. Cada una de las esculturas contiene módulos internos capaces de albergar distintos tipos de vida animal. El emplazamiento se completa con un espejo de agua de 3 metros de diámetro por 30 centímetros de profundidad, que se transformó en hábitat de zorros, lechuzas y ranas.

El Dr. Carlos Borghi, explicó que se trata de una instalación “viva, en constante cambio”. El director del CIGEOBIO contó que se diseñaron para la obra módulos internos específicos para zorros y cuises, con túneles de entrada que se adaptan a sus necesidades.

El espacio está dotado con un equipo de 8 cámaras trampa que permitió corroborar los alcances del proyecto y ver a los animales, por ejemplo, en pleno proceso de gestación. “Estremece observar a los zorros saltar y jugar en la escultura de barro”, dice el investigador.

Las cámaras funcionan con energía solar y se activan con el movimiento. Sus registros permiten evaluar el uso animal de las instalaciones; por ejemplo, el comportamiento de las abejas. “Se detectó que un panal que había sido abandonado en su interior. Entonces, decidimos hacer una serie de agujeros para mejorar la ventilación y bajar la temperatura en verano. Luego, las abejas construyeron otro panal que perduró en el tiempo”, contó Borghi.

También se detectó que algunas lechuzas vizcacheras usaban las cuevas artificiales para reproducirse y otras aves rapaces estaban usando la estructura para asentarse. En la recolección de datos más reciente, en enero de 2025, se observó que en el espejo de agua también había renacuajos.

Algunos de los videos registrados en el observatorio están disponibles en las redes sociales de la FCEFN y el CONICET. También están exhibidos en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.

Con vistas al futuro del proyecto, los protagonistas planean instalar un sofisticado sistema de comunicación para poner en relación distintas estaciones que el artista propone instalar en otros países. El propósito final es un streaming continuo en tiempo real para analizar la actividad de los distintos animales, con cámaras, micrófonos y sensores que proporcionen una visión integral del desarrollo interno en las estructuras. Para los protagonistas, el objetivo es mostrar que se puede unir arte y ciencia para albergar, estudiar y promover la vida.

ARTE, CIENCIA Y COMUNIDAD 

El autor de la obra, Charly Nijensohn, es un artista argentino radicado en Berlín, Alemania. Para realizar la construcción, viajó entre septiembre y diciembre de 2022 a San Juan. Además de los biólogos de la FCEFN y CONICET, participan en el proyecto como asesores el Dr. Frank Steinheimer de Alemania y Claudio Bertonatti de Buenos Aires; habitantes del lugar y un equipo que se dedica a la construcción de viviendas sociales, dirigidos por los bioconstructores Ricardo Tamalet y Froilán Paz.

La curaduría artística de la obra está a cargo de Fernando Farina. En la etapa de construcción, también participaron “Las mujeres del desierto”, una agrupación integrada por artistas de diferentes provincias y cuyas cabezas visibles son Desiree De Ridder y Eileen Cowes. El proyecto fue financiado por el empresario Ezequiel Eskenazi, propietario del predio donde está instalado el refugio.