San Juan tiene más de 1.5 millón de hectáreas de bosques nativos. Dónde están, cómo son y por qué hay que protegerlos. En el Día Internacional de los bosques dos especialistas de nuestra Facultad toman la palabra.

Valeria Campos y Gabriel Gatica son dos investigadores que trabajan en el CIGEOBIO, Centro de Investigaciones de la Geósfera y Biósfera, unidad de doble dependencia, del CONICET y la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de San Juan. Nuestros especialistas explican la importancia de los bosques y sobre todo, de su conservación.

Por qué importan los bosques y su conservación

bosques nativos

 Los bosques son ecosistemas naturales de gran importancia en la regulación del clima a escala global y proveen numerosos bienes y servicios para la sociedad. Estos bienes y servicios ecosistémicos pueden ser de tipo tangible como la producción de madera o intangibles como es la regulación del clima, de los flujos de agua y nutrientes, y actuar como el hogar de numerosas especies de plantas y animales (teniendo impacto sobre biodiversidad). Por estas razones, reducir las pérdidas y la degradación de los bosques nativos constituye uno de los desafíos más urgentes a escala global.

Apuntar a la conservación y gestión sostenible de los bosques nativos como fuente de desarrollo para las comunidades asociadas, y poniendo en valor los bienes y servicios ecosistémicos que los bosques proveen a la sociedad, constituye uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 establecido durante la 70º Cumbre del Desarrollo Sostenible de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es crucial comprender que enfrentamos una crisis ambiental global, y diversas entidades internacionales buscan mitigar estos problemas mediante la incentivación a países que conserven sus ecosistemas naturales y biodiversidad, incluyendo bosques, humedales y glaciares.

Legislación vigente de protección a los bosques

En Argentina, se reconoce el potencial de los bosques al valorizar los servicios ecosistémicos que brindan, especialmente en su contribución a la mitigación del cambio climático, gracias a la promulgación de la Ley de Bosques Nativos (Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, Ley Nacional N° 26.331). Esta ley establece los requisitos mínimos para la protección ambiental y el manejo sostenible de los bosques nativos a través de proyectos que abarcan su enriquecimiento, restauración, conservación y el aprovechamiento sostenible. En dicha normativa, los bosques se dividen en tres categorías de conservación, identificadas mediante diferentes colores en los mapas:

  1. categoría I (rojo): bosques con alto valor de conservación que no deben transformarse. Incluye áreas que por sus ubicaciones relativas a reservas, su valor de conectividad, y/o la presencia de especies endémicas o en peligro de extinción, ameriten su persistencia como bosque a perpetuidad. En estas áreas pueden ser objeto de investigación científica.
  2. categoría II (amarillo): bosques con mediano valor de conservación, que pueden estar degradados pero mediante actividades de restauración pueden recuperarse. En estos bosques se pueden realizar actividades como aprovechamiento forestal sustentable, turismo, recolección e investigación científica.
  3. categoría III (verde): bosques con bajo valor de conservación, que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad, pero siempre dentro de los criterios de la presente ley.

Dentro del marco de esta ley, las provincias tienen la responsabilidad de fomentar la conservación a través del Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos (OTBN) y regular la expansión de la frontera agropecuaria y cualquier otro cambio en el uso del suelo. En el caso de la provincia de San Juan, esta normativa nacional se aplica a nivel provincial según la ley N° 1094-L, modificada por la ley N° 1439-L (año 2016), que representa la última actualización del OTBN. Según esta última actualización, nuestra provincia cuenta con 70.206 ha (5%) de bosques en categoría I, 1.386.429 ha (93%) en categoría II y 37.898 (2%) ha en categoría III. Actualmente, profesionales de CONICET y la UNSJ estamos participando

activamente con la Dirección de Bosques Nativos de la provincia para presentar una nueva actualización del OTBN.

Los bosques de San Juan

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San Juan posee bosques que se localizan en diferentes áreas, pero se concentran en mayor medida al este, centro y sur de la provincia. Estos bosques de tierras secas poseen características particulares debido a que se desarrollan bajo condiciones climáticas de baja disponibilidad de agua y altas temperaturas.

Por esta razón los bosques de nuestra provincia se destacan por sus características biológicas únicas, albergando especies vegetales y animales adaptadas a condiciones extremas de aridez. Particularmente, las especies arbóreas dominantes son un componente clave de estos ecosistemas, ya que, entre otras cosas, son capaces de generar un microclima favorable bajo su dosel, donde las condiciones ambientales rigurosas (altas temperaturas y radiación) resultan atenuadas.

Al facilitar el establecimiento de especies vegetales, aumenta la biodiversidad total del sistema, la abundancia de especies vegetales y disminuye los efectos erosivos del viento y el agua, cumpliendo así un papel ecológico central en las comunidades vegetales donde está presente, lo que la convierte en un recurso económico relevante tanto a nivel local como regional. Es por ello que a pesar de las rigurosas restricciones ambientales, nuestros bosques proporcionan servicios ecosistémicos vitales para el bienestar humano y la biodiversidad.

Sin embargo, diversas actividades humanas, como la tala selectiva, el pastoreo, la expansión urbana y agrícola, los incendios, la extracción de productos no maderables y la caza de herbívoros nativos, afectan la dinámica y densidad arbórea de estos ecosistemas, alterando su conectividad estructural y funcional. La susceptibilidad de nuestros bosques a estas actividades se debe a su limitada capacidad de regeneración, lo que puede llevarlos a situaciones críticas en términos de densidad y vitalidad.

La diversidad de vegetación en los bosques de nuestra provincia se encuentra dominada por distintas especies arbóreas según la ecorregión a la que pertenecen. En la ecorregión del Chaco Árido (Dpto. de Valle Fértil) las especies dominantes son el algarrobo dulce (Neltuma flexuosa) y el garabato (Senegalia gilliesii). En los bosques de la ecorregión del Monte de Sierras y Bolsones (Dpto. Jachal) predominan el algarrobo dulce, el garabato y también el retamo (Bulnesia retama), con presencias ocasionales del tintitaco (N. torquata). Mientras que en la ecorregión del Monte de Llanuras y Mesetas (Dptos. Sarmiento, 25 de Mayo y Caucete) el estrato arbóreo se encuentra integrado principalmente por el algarrobo dulce, algarrobo blanco (N. chilensis), además del retamo, y en algunas zonas (Encón principalmente) dominado por el chañar (Geoffroea decorticans).

Por lo tanto, en consonancia con la legislación nacional vigente, en nuestra provincia se trabaja en la implementación de un ordenamiento ambiental territorial de los bosques, que involucre la colaboración entre diversos actores, recursos y entidades públicas. Este enfoque busca facilitar la elaboración de planes específicos para la gestión, uso sostenible y conservación de los recursos forestales, teniendo en consideración las demandas y necesidades de las comunidades locales.

Es imprescindible que el estado regule de manera efectiva el uso de su patrimonio y recursos naturales y culturales, que son únicos y muchos no son renovables. Estos sistemas naturales forman parte de la vida y la cultura de muchas familias, garantizan nuestro acceso al agua, fertilidad de los suelos, y otros recursos esenciales para la vida.

¿Qué pasaría si se modifica la ley?

En el proyecto de Ley presentado por el P, conocido como “Ley Ómnibus”, se proponía en el artículo 513: “Durante el periodo 2024, el Poder Ejecutivo Nacional asignará presupuestariamente los recursos necesarios para que el Fondo de Bosques Nativos creado por la Ley 26.331 obtenga el nivel de ingresos obtenidos durante el 2023 por las diferentes fuentes contempladas en la Ley”.

Este intento de subsanar el aspecto presupuestario a través de la incorporación de un artículo que garantiza la misma partida del 2023 para el 2024, asigna recursos claramente insuficientes para 2024 y, sobre todo, no garantiza una asignación fija anual como establece la Ley de Bosques Nativos actualmente vigente.

Eliminar las partidas presupuestarias fijas (el Fondo contaba con el 0,3% del presupuesto nacional y el 0,2 de retenciones) y dejar la asignación a discreción del Poder Ejecutivo debilitaría la capacidad del Fondo para prevenir desmontes y promover la conservación, uso sostenible y restauración de bosques nativos.